Estados Unidos y México están en la recta final de un acuerdo que podría eliminar los aranceles del 50 % al acero mexicano. La negociación, liderada por el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, avanza sin participación directa de Donald Trump, aunque necesitará su firma final.
Nuevo Entendimiento Comercial En Camino
Según fuentes cercanas a las conversaciones, el acuerdo permitiría la importación de acero libre de aranceles hasta cierto límite, basado en niveles históricos de exportación. A diferencia del acuerdo anterior firmado en 2019, este nuevo límite sería más amplio, aunque todavía no se ha fijado una cifra concreta.
Este mecanismo, conocido como “cupo”, busca evitar aumentos repentinos en el flujo de acero. Bajo el esquema actual, Estados Unidos importó 3.2 millones de toneladas métricas de acero desde México en 2024, lo que representó cerca del 12 % del total nacional. Aún falta que la Casa Blanca y la oficina de la presidenta Claudia Sheinbaum respondan oficialmente.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, afirmó que México ya presentó sus argumentos a favor de la eliminación del arancel, sustentados en datos comerciales y la integración económica bilateral. “Estados Unidos tiene superávit con México en acero. Nos venden más de lo que nosotros les vendemos”, declaró.
México Pide Trato Igual Al Del Reino Unido
México ha solicitado a Estados Unidos un trato similar al del Reino Unido, país que fue excluido de los aranceles bajo condiciones comparables. Ebrard planteó tres argumentos principales: el superávit estadounidense, el precedente del Reino Unido y el daño económico compartido que implicarían los aranceles.
Además, resaltó que imponer aranceles en una relación comercial donde hay superávit resulta poco lógico, ya que el propósito principal de esta medida debería ser reducir déficits comerciales.
La propuesta mexicana se entregó formalmente el viernes pasado durante reuniones en Washington. Ebrard se mostró optimista y aseguró que esperan una respuesta esta misma semana. Las autoridades mexicanas consideran que el contexto actual permite reactivar los acuerdos, con beneficios para ambos países.
Este tema se discute en paralelo a las negociaciones más amplias entre ambos gobiernos sobre migración, seguridad fronteriza y cooperación bilateral. Estos temas también estarán sobre la mesa durante la próxima cumbre del G-7 en Canadá, donde podrían coincidir Trump y Sheinbaum.
Efectos En La Industria Y La Logística
La industria manufacturera estadounidense ha expresado preocupación por el efecto de los aranceles sobre sus costos. Analistas como Simon Lacoume, de Coface, consideran que estos gravámenes no garantizan beneficios a largo plazo para la siderurgia y sí introducen incertidumbre.
En el corto plazo, se ha registrado volatilidad en los precios. Desde el anuncio de Trump, el índice de aluminio subió 6 %, mientras que el del acero cayó más de 5 %. Esto impacta directamente a sectores que dependen de metales, como el automotriz y el de construcción.
Lacoume anticipa que los márgenes de las empresas seguirán presionados si se mantienen los aranceles. Sin embargo, México podría beneficiarse en el largo plazo gracias a los acuerdos dentro del T-MEC, especialmente en exportaciones de vehículos que ya están exentas de aranceles.
Desde el punto de vista logístico, el impacto se extiende a toda la cadena de suministro. María José Gamba, de Control Terrestre, explicó que los aranceles no solo encarecen los materiales, sino que también afectan el transporte y almacenamiento.
Importar con mayores aranceles implica costos adicionales que deben ser absorbidos o trasladados, afectando la rentabilidad de transportistas y operadores logísticos. Además, hay demoras por la necesidad de buscar nuevos proveedores o rutas.
Gamba recomendó a las empresas logísticas adaptarse rápidamente mediante estrategias de eficiencia, como optimización de rutas, uso de tecnología de trazabilidad, diversificación de proveedores y modos de transporte.
Acuerdo Comercial Y Clima Político
Este posible acuerdo comercial se negocia en un contexto político sensible. La semana pasada, Trump duplicó los aranceles al acero tras aprobar la compra de United States Steel por parte de la japonesa Nippon Steel. Según él, esta medida busca proteger la industria y la seguridad nacional.
Aunque el sector siderúrgico nacional celebró la decisión, muchos consumidores y empresas manifestaron su preocupación por el aumento de costos. Por eso, las negociaciones con México podrían ser una excepción estratégica para no afectar aún más a los sectores dependientes del acero mexicano.
Al mismo tiempo, la relación bilateral enfrenta tensiones por el tema migratorio. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acusó a Sheinbaum de “alentar” protestas en Los Ángeles, lo que fue rechazado de manera categórica por el gobierno mexicano.
La próxima cumbre del G-7 será clave para observar si estos temas avanzan o si las diferencias políticas dominan el tono de la relación. Por lo pronto, el acuerdo sobre el acero representa una oportunidad para retomar el camino del entendimiento comercial.
